miércoles, 31 de octubre de 2007

La última tecnología al alcance del oído


Del tamaño de un botón son los nuevos audífonos que presentan los expertos estos días en el 50 Congreso Internacional de Acústica y Aparatos de Audición: alta tecnología al servicio del oído.




Cada día son más las personas que sufren sordera sin saberlo, o sin querer aceptarlo. Sordo no es sólo el que no oye nada. La pérdida de audición puede producirse en diversos grados y en muchas ocasiones el mismo que la sufre no lo nota. La televisión o la radio más altas de lo normal son las primeras manifestaciones de una enfermedad que va a más. Pero en nuestras sociedades del ruido, donde el barullo forma parte de los sonidos diarios, resulta muy sencillo ocultar una deficiencia como ésta.

En el 50 Congreso Internacional de Acústica y Aparatos de Audición, que se celebra estos días en la ciudad alemana de Núremberg, los científicos presentan la tecnología más moderna: la que ha de facilitar la vida a los que dan el paso de ponerse el audífono.

Los expertos alemanes saben de las dificultades que tienen que superar los que se deciden a aceptar que necesitan un aparato de audición. Primero, hay una barrera psicológica: el no querer ser sordo. Además, el llevar un aparato para oír mejor se asocia con la vejez y muchos creen no haber llegado a la edad de usar audífono aunque los síntomas de una audición deficiente sean claros.

Después viene la incomodidad. El paciente ya en el momento de colocarse el aparato se siente molesto por oír más de lo que está acostumbrado. Además, la calidad de la audición no siempre es la esperada: demasiado alto o demasiado bajo, pitidos o zumbidos son en ocasiones las incomodidades que llevan al paciente al abandono del aparato.

Pequeño, cómodo, eficaz

La persona con problemas de audición tiene que poder llevar una vida normal. Esta es la primera y la más importante de las máximas que mueve a los promotores de la tecnología de la que se habla estos días en Núremberg.

Uno de los defectos de los audífonos es que en la mayoría de los casos no están adaptados a las necesidades del paciente. El mismo aparato que se vende para el hombre de ciudad se comercializa para la vida tranquila del campo, sin tener en cuenta las diferencias en el sonido ambiente.

Los expertos alemanes han encontrado la solución a este problema: un aparato del tamaño de un botón que se adjunta al audífono y se coloca en la solapa del paciente. Pequeño, cómodo y eficaz: el broche-audífono determina el perfil concreto de ruidos en el que se mueve la persona. Un chip en el interior del broche mide y almacena los datos durante seis semanas. Cuando ha pasado este periodo, el aparato hace un recuento estadístico y es capaz de regularse por sí mismo.

lunes, 22 de octubre de 2007

“El quinto poder se teje en la blogosfera”, en Expansión

El poder de la blogosfera es el que pueden desarrollar personas que hacen algo porque les gusta y les interesa, porque son amateurs en el puro sentido de la palabra. Como suele comentar Julio Alonso, fundador de Weblogs, S.L., una de las empresas con una propuesta de valor más seria en este ámbito, hasta no hace demasiado tiempo se hablaba de “amateurs” en contraposición a los “profesionales”: los segundos tenían medios sofisticados y poderosos para hacer su trabajo, mientras que los primeros debían conformarse con equipamientos modestos y, en consecuencia, el resultado de su trabajo era normalmente menor.
Con los blogs se produce una enorme democratización de los medios de producción, con lo que los amateurs pasan a poder producir información y contenidos con igual o más calidad de medios que los profesionales, pero además lo siguen haciendo porque les encanta, no porque simplemente “sea su trabajo”, lo que conlleva un entusiasmo y una dedicación a la que muchos profesionales, dicho sea con todo el respeto, no llegan.
En un sistema eminentemente meritocrático en el que la atención se mide por el número de enlaces entrantes, visitas y clics, algo así redunda necesariamente en un sistema que premia al que es capaz de mantener la atención con contenidos que una audiencia, sea por la razón que sea, juzga interesantes. Así, tienes blogs que rivalizan en visitas con los medios tradicionales, y otros que, siendo más de nicho, alcanzan una influencia sobre sus lectores mucho mayor que un medio de comunicación de masas, porque el diálogo, la conversación, la participación son mucho más naturales, de persona a persona.
Se ha probado que los blogs influencian fuertemente los procesos de compra, que son creadores de opinión, y que poseen mecanismos de control y regulación que afectan a la blogosfera en su conjunto y que la convierten en un medio dinámico y, en muchos casos y bajo determinados parámetros, tanto o más fiable que los medios de comunicación. Los bloggers, por tanto, somos personas perfectamente normales, con nuestras filias y fobias, nuestro estilo comunicativo y nuestros intereses, que escribimos sobre un tema que nos gusta y lo hacemos en una plataforma que hace que pueda llegar a muchos sitios.
En principio, un blog llega a donde su autor o autores lo hacen llegar: la mayoría de los que empiezan tienen como lectores a sus autores, a su familia y amigos, y poco más. Pero basta una serie de entradas de interés que otros vayan enlazando, para que empiece a funcionar la enredadera y se produzcan procesos de difusión muy interesantes, que si se repiten a menudo o en torno a una temática coherente, pueden acabar generando una reputación y un nivel de atención elevados. En realidad, es una distribución en la que unas cuantas páginas reciben un número elevado de enlaces de muchas otras, mientras existe una larga cola de otras páginas con números más modestos en cuanto a enlaces, pero con el detalle de que la distribución está viva, se mueve constantemente, y lo hace por criterios en los que no influye el nacer en una familia determinada, el vestir bien o el ser más guapo, sino otros de índole mucho más democratizadora: generar contenido que atraiga el interés, la comunidad y la atención. Con respecto a los medios tradicionales, la blogosfera mantiene una relación interesante: por un lado, beben de sus fuentes o incluso aguas arriba de éstas: no resulta nada extraño que los bloggers que escriben sobre un tema determinado cuenten con fuentes de información mejores y más directas que los profesionales de un medio, y que, al no estar presos de una dinámica de periodicidad forzosa en la publicación, sean capaces de adelantarse a éstos. En otras ocasiones, muchas, la blogosfera bebe de los propios medios, y suele referenciar aquellos que le ponen fácil hacerlo: los que generan enlaces permanentes y no se esconden tras barreras de pago o de registro. El camino opuesto, el del periodista que enlaza lo que lee en blogs, ocurre en un número mucho menor de ocasiones: los medios, obsesionados por políticas absurdas del tipo "no enlaces o se te escaparán las visitas por ahí", ocultan intencionadamente la fuente cuando ésta es un blog con el que no les une la relación contractual que poseen, por ejemplo, las agencias, demostrando así ser incapaces de entender el medio en su conjunto. Por otra parte, los bloggers se convierten en un observatorio permanente dotado de cientos de miles de ojos que escrutan el panorama mediático y en ocasiones lo critican con variados niveles de acidez, provocando una reacción de animadversión en los medios. Los tópicos sobre "el poder de la blogosfera" o "la influencia de los blogs", en realidad, sólo representan intentos de la estructura tradiconal de los medios por entender el fenómeno utilizando sólo las variables que conocen. De ahí surgen intentos de mediatizar a los bloggers, de agasajarlos, de imagonar suuestas "agendas ocultas", o de enviarles notas de prensa que no les interesan en absoluto, tratando como periodistas o líderes de opinión a personas normales a los que, simplemente, les gusta un tema determinado y escriben sobre él porque quieren hacerlo. El poder real, por tanto, es el resultante de agrupar la audiencia de miles de millones de páginas, potenciarla con una participación hiperactiva que genera una vinculación aún mayor, y situarla en un universo en permanente cambio sujeto a variables sociales y personales de cualquier tipo. Ni estrellitas, ni vedettes ni nada que se le parezca: gente normal, que hablan de lo que les gusta, que poseen medios sencillos de producción, y que se convierten en influyentes o no en función de su comportamiento y su trabajo.
Con respecto a los medios tradicionales, la blogosfera mantiene una relación interesante: por un lado, beben de sus fuentes o incluso aguas arriba de éstas: no resulta nada extraño que los bloggers que escriben sobre un tema determinado cuenten con fuentes de información mejores y más directas que los profesionales de un medio, y que, al no estar presos de una dinámica de periodicidad forzosa en la publicación, sean capaces de adelantarse a éstos. En otras ocasiones, muchas, la blogosfera bebe de los propios medios, y suele referenciar aquellos que le ponen fácil hacerlo: los que generan enlaces permanentes y no se esconden tras barreras de pago o de registro. El camino opuesto, el del periodista que enlaza lo que lee en blogs, ocurre en un número mucho menor de ocasiones: algunos medios online, aún obsesionados por políticas absurdas del tipo “no enlaces o se te escaparán las visitas por ahí”, ocultan intencionadamente la fuente cuando ésta es un blog con el que no les une la relación contractual que poseen, por ejemplo, con las agencias, demostrando así una incapacidad para entender el medio en su conjunto. Por otra parte, los bloggers se convierten en un observatorio permanente dotado de cientos de miles de ojos que escrutan el panorama mediático y en ocasiones lo critican con variados niveles de acidez, provocando a veces reacciones de animadversión en algunos medios.
Los tópicos sobre “el poder de la blogosfera” o “la influencia de los blogs”, en realidad, sólo representan intentos de la estructura tradicional de los medios por entender el fenómeno utilizando sólo las variables que conocen. De ahí surgen intentos de mediatizar a los bloggers, de agasajarlos, de imaginar supuestas “agendas ocultas”, o de enviarles notas de prensa sin un filtrado previo que no les interesan en absoluto, tratando como periodistas o líderes de opinión a personas normales a las que, simplemente, les gusta un tema determinado y escriben sobre él porque quieren hacerlo. El poder real, por tanto, es el resultante de agrupar la audiencia de miles de millones de páginas, potenciarla con una participación hiperactiva que genera una vinculación aún mayor, y situarla en un universo en permanente cambio sujeto a variables sociales y personales de cualquier tipo. Ni estrellitas, ni vedettes ni nada que se le parezca: gente normal, que hablan de cosas que les gustan, que poseen medios sencillos de producción, y que se convierten en influyentes o no sólo en función de su comportamiento y su trabajo.

Entrevista a Enrique Dans, experto en nuevas tecnologías

Tecnologías de la información y la comunicación

Las tecnologías de la comunicación (TIC), se encargan del estudio, desarrollo, implementación, almacenamiento y distribución de la información mediante la utilización de hadware y software como medio de sistema informático.

Las tecnologías de la información y la comunicación son una parte de las tecnologías emergentes que habitualmente suelen identificarse con las siglas TIC y que hacen referencia a la utilización de medios informáticos para almacenar, procesar y difundir todo tipo de información o procesos de formación educativa.

Definición:

Según la Asociación americana de las tecnologías de la información (Information Technology Association of America, ITAA): sería «el estudio, el diseño, el desarrollo, el fomento, el mantenimiento y la administración de la información por medio de sistemas informáticos, esto incluye todos los sistemas informáticos no solamente la computadora, este es solo un medio más, el más versátil, pero no el único; también los teléfonos celulares, la televisión, la radio, los periódicos digitales, etc
En pocas palabras, las Tecnologías de la información tratan sobre el empleo de computadoras y aplicaciones informáticas para transformar, almacenar, gestionar, proteger, difundir y localizar los datos necesarios para cualquier actividad humana.
La instrumentación tecnológica es una prioridad en la comunicación de hoy en día, ya que las tecnologías de la comunicación son la diferencia entre una civilización desarrollada y otra en vías de. Éstas poseen la característica de ayudar a comunicarnos porque se desaparecen las distancias geográficas y el tiempo.
La tecnología es dual por naturaleza ya que el impacto de éstas se verá afectado dependiendo del uso que les de el usuario. Como se puede a ayudar a una comunidad rural a aprender por medio de la televisión -buen uso-; también se puede explotar una bomba por medio de un teléfono celular. El uso de las tecnologías también es dual ya que pueden servir como medio de información y de entretenimiento.
En cualquiera de los dos aspectos depende de los usuarios que ofrezcan contenidos de calidad, ya que es la audiencia quien determina y exige el tipo de contenidos que desea. Por tal motivo se habla de la implicación de las tecnologías dentro de la construcción social. La audiencia debe ser educada de una manera creativa, para que exijan contenidos de calidad y se elimine la marginación de mercado, ya que la programación – en el caso de la televisión y la radio- está dirigida sólo a ciertos consumidores.