El poder de la blogosfera es el que pueden desarrollar personas que hacen algo porque les gusta y les interesa, porque son amateurs en el puro sentido de la palabra. Como suele comentar Julio Alonso, fundador de Weblogs, S.L., una de las empresas con una propuesta de valor más seria en este ámbito, hasta no hace demasiado tiempo se hablaba de “amateurs” en contraposición a los “profesionales”: los segundos tenían medios sofisticados y poderosos para hacer su trabajo, mientras que los primeros debían conformarse con equipamientos modestos y, en consecuencia, el resultado de su trabajo era normalmente menor.
Con los blogs se produce una enorme democratización de los medios de producción, con lo que los amateurs pasan a poder producir información y contenidos con igual o más calidad de medios que los profesionales, pero además lo siguen haciendo porque les encanta, no porque simplemente “sea su trabajo”, lo que conlleva un entusiasmo y una dedicación a la que muchos profesionales, dicho sea con todo el respeto, no llegan.
En un sistema eminentemente meritocrático en el que la atención se mide por el número de enlaces entrantes, visitas y clics, algo así redunda necesariamente en un sistema que premia al que es capaz de mantener la atención con contenidos que una audiencia, sea por la razón que sea, juzga interesantes. Así, tienes blogs que rivalizan en visitas con los medios tradicionales, y otros que, siendo más de nicho, alcanzan una influencia sobre sus lectores mucho mayor que un medio de comunicación de masas, porque el diálogo, la conversación, la participación son mucho más naturales, de persona a persona.
Se ha probado que los blogs influencian fuertemente los procesos de compra, que son creadores de opinión, y que poseen mecanismos de control y regulación que afectan a la blogosfera en su conjunto y que la convierten en un medio dinámico y, en muchos casos y bajo determinados parámetros, tanto o más fiable que los medios de comunicación. Los bloggers, por tanto, somos personas perfectamente normales, con nuestras filias y fobias, nuestro estilo comunicativo y nuestros intereses, que escribimos sobre un tema que nos gusta y lo hacemos en una plataforma que hace que pueda llegar a muchos sitios.
En principio, un blog llega a donde su autor o autores lo hacen llegar: la mayoría de los que empiezan tienen como lectores a sus autores, a su familia y amigos, y poco más. Pero basta una serie de entradas de interés que otros vayan enlazando, para que empiece a funcionar la enredadera y se produzcan procesos de difusión muy interesantes, que si se repiten a menudo o en torno a una temática coherente, pueden acabar generando una reputación y un nivel de atención elevados. En realidad, es una distribución en la que unas cuantas páginas reciben un número elevado de enlaces de muchas otras, mientras existe una larga cola de otras páginas con números más modestos en cuanto a enlaces, pero con el detalle de que la distribución está viva, se mueve constantemente, y lo hace por criterios en los que no influye el nacer en una familia determinada, el vestir bien o el ser más guapo, sino otros de índole mucho más democratizadora: generar contenido que atraiga el interés, la comunidad y la atención. Con respecto a los medios tradicionales, la blogosfera mantiene una relación interesante: por un lado, beben de sus fuentes o incluso aguas arriba de éstas: no resulta nada extraño que los bloggers que escriben sobre un tema determinado cuenten con fuentes de información mejores y más directas que los profesionales de un medio, y que, al no estar presos de una dinámica de periodicidad forzosa en la publicación, sean capaces de adelantarse a éstos. En otras ocasiones, muchas, la blogosfera bebe de los propios medios, y suele referenciar aquellos que le ponen fácil hacerlo: los que generan enlaces permanentes y no se esconden tras barreras de pago o de registro. El camino opuesto, el del periodista que enlaza lo que lee en blogs, ocurre en un número mucho menor de ocasiones: los medios, obsesionados por políticas absurdas del tipo "no enlaces o se te escaparán las visitas por ahí", ocultan intencionadamente la fuente cuando ésta es un blog con el que no les une la relación contractual que poseen, por ejemplo, las agencias, demostrando así ser incapaces de entender el medio en su conjunto. Por otra parte, los bloggers se convierten en un observatorio permanente dotado de cientos de miles de ojos que escrutan el panorama mediático y en ocasiones lo critican con variados niveles de acidez, provocando una reacción de animadversión en los medios. Los tópicos sobre "el poder de la blogosfera" o "la influencia de los blogs", en realidad, sólo representan intentos de la estructura tradiconal de los medios por entender el fenómeno utilizando sólo las variables que conocen. De ahí surgen intentos de mediatizar a los bloggers, de agasajarlos, de imagonar suuestas "agendas ocultas", o de enviarles notas de prensa que no les interesan en absoluto, tratando como periodistas o líderes de opinión a personas normales a los que, simplemente, les gusta un tema determinado y escriben sobre él porque quieren hacerlo. El poder real, por tanto, es el resultante de agrupar la audiencia de miles de millones de páginas, potenciarla con una participación hiperactiva que genera una vinculación aún mayor, y situarla en un universo en permanente cambio sujeto a variables sociales y personales de cualquier tipo. Ni estrellitas, ni vedettes ni nada que se le parezca: gente normal, que hablan de lo que les gusta, que poseen medios sencillos de producción, y que se convierten en influyentes o no en función de su comportamiento y su trabajo.
Con respecto a los medios tradicionales, la blogosfera mantiene una relación interesante: por un lado, beben de sus fuentes o incluso aguas arriba de éstas: no resulta nada extraño que los bloggers que escriben sobre un tema determinado cuenten con fuentes de información mejores y más directas que los profesionales de un medio, y que, al no estar presos de una dinámica de periodicidad forzosa en la publicación, sean capaces de adelantarse a éstos. En otras ocasiones, muchas, la blogosfera bebe de los propios medios, y suele referenciar aquellos que le ponen fácil hacerlo: los que generan enlaces permanentes y no se esconden tras barreras de pago o de registro. El camino opuesto, el del periodista que enlaza lo que lee en blogs, ocurre en un número mucho menor de ocasiones: algunos medios online, aún obsesionados por políticas absurdas del tipo “no enlaces o se te escaparán las visitas por ahí”, ocultan intencionadamente la fuente cuando ésta es un blog con el que no les une la relación contractual que poseen, por ejemplo, con las agencias, demostrando así una incapacidad para entender el medio en su conjunto. Por otra parte, los bloggers se convierten en un observatorio permanente dotado de cientos de miles de ojos que escrutan el panorama mediático y en ocasiones lo critican con variados niveles de acidez, provocando a veces reacciones de animadversión en algunos medios.
Los tópicos sobre “el poder de la blogosfera” o “la influencia de los blogs”, en realidad, sólo representan intentos de la estructura tradicional de los medios por entender el fenómeno utilizando sólo las variables que conocen. De ahí surgen intentos de mediatizar a los bloggers, de agasajarlos, de imaginar supuestas “agendas ocultas”, o de enviarles notas de prensa sin un filtrado previo que no les interesan en absoluto, tratando como periodistas o líderes de opinión a personas normales a las que, simplemente, les gusta un tema determinado y escriben sobre él porque quieren hacerlo. El poder real, por tanto, es el resultante de agrupar la audiencia de miles de millones de páginas, potenciarla con una participación hiperactiva que genera una vinculación aún mayor, y situarla en un universo en permanente cambio sujeto a variables sociales y personales de cualquier tipo. Ni estrellitas, ni vedettes ni nada que se le parezca: gente normal, que hablan de cosas que les gustan, que poseen medios sencillos de producción, y que se convierten en influyentes o no sólo en función de su comportamiento y su trabajo.
Con respecto a los medios tradicionales, la blogosfera mantiene una relación interesante: por un lado, beben de sus fuentes o incluso aguas arriba de éstas: no resulta nada extraño que los bloggers que escriben sobre un tema determinado cuenten con fuentes de información mejores y más directas que los profesionales de un medio, y que, al no estar presos de una dinámica de periodicidad forzosa en la publicación, sean capaces de adelantarse a éstos. En otras ocasiones, muchas, la blogosfera bebe de los propios medios, y suele referenciar aquellos que le ponen fácil hacerlo: los que generan enlaces permanentes y no se esconden tras barreras de pago o de registro. El camino opuesto, el del periodista que enlaza lo que lee en blogs, ocurre en un número mucho menor de ocasiones: algunos medios online, aún obsesionados por políticas absurdas del tipo “no enlaces o se te escaparán las visitas por ahí”, ocultan intencionadamente la fuente cuando ésta es un blog con el que no les une la relación contractual que poseen, por ejemplo, con las agencias, demostrando así una incapacidad para entender el medio en su conjunto. Por otra parte, los bloggers se convierten en un observatorio permanente dotado de cientos de miles de ojos que escrutan el panorama mediático y en ocasiones lo critican con variados niveles de acidez, provocando a veces reacciones de animadversión en algunos medios.
Los tópicos sobre “el poder de la blogosfera” o “la influencia de los blogs”, en realidad, sólo representan intentos de la estructura tradicional de los medios por entender el fenómeno utilizando sólo las variables que conocen. De ahí surgen intentos de mediatizar a los bloggers, de agasajarlos, de imaginar supuestas “agendas ocultas”, o de enviarles notas de prensa sin un filtrado previo que no les interesan en absoluto, tratando como periodistas o líderes de opinión a personas normales a las que, simplemente, les gusta un tema determinado y escriben sobre él porque quieren hacerlo. El poder real, por tanto, es el resultante de agrupar la audiencia de miles de millones de páginas, potenciarla con una participación hiperactiva que genera una vinculación aún mayor, y situarla en un universo en permanente cambio sujeto a variables sociales y personales de cualquier tipo. Ni estrellitas, ni vedettes ni nada que se le parezca: gente normal, que hablan de cosas que les gustan, que poseen medios sencillos de producción, y que se convierten en influyentes o no sólo en función de su comportamiento y su trabajo.
1 comentario:
Que buen articulo el primero publicado, es más has dado en la tecla de todos los productos que estamso realizando, y que tiene que ver con esto de los blog. En si el blog ha crado más que una gran gama de relaciones intranet, sino que ha logrado que se difundan dentro de la misma ideas y de mas cosas que hasta hace menos de 5 años personas que estaban interesadas sobre temas particulares, no tenian como accder a estas.
Bueno espero que sigan publicando temas como estos, suerte para el miercoles y bueno ha ver que sale les dejo mi dire para que pasen a firmar
Gringo te pasaste con el blog, muy bueno el fondo y ni que hablar de los videos en especial el de Homero. Por cierto muy bueno el tema, es más a mi opinion todas las catedras, tendrian que haber tomado temas similares al tuyo, pero bueno, en fin espero que este miercoles tengas suerte, y ahora espero que pases por mi blog y pongas alguna firmita aca te dejo la dire http://com-tendencias.blogspot.com/
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